Desde Imaginación Sociológica,
espacio de graduados/as y docentes de la Carrera de Sociología, impulsamos la
candidatura de Pablo de Marinis a Director de la Carrera de Sociología
Carta de Pablo
de Marinis a la comunidad de Sociología
Egresé de la Carrera de Sociología en 1991
(había ingresado al CBC en 1986, cuando éramos una pequeña pero hiperactiva carrera
dependiente del Rectorado de la UBA y no integrada aún a ninguna facultad).
Casi toda la década del ’90 viví fuera del país, en Alemania y en España, donde
estuve realizando mi doctorado y trabajando en docencia e investigación. Al
regresar al país, en 1999, me reincorporé a la que siempre consideré mi casa,
ya como docente. Desde entonces, aquí estoy. Enseñando y aprendiendo, en la
Carrera de Sociología y en el Doctorado de la FSOC, asentando mi cargo de
investigador de CONICET en el Instituto de Investigaciones Gino Germani y
colaborando desde todos esos lugares en la siempre laboriosa como excitante construcción
de instituciones.
Hace unos pocos días, un conjunto de
profesorxs, graduadxs y estudiantes (algunos encuadrados en espacios políticos
de la Carrera y la FSOC y otros independientes) han propuesto mi candidatura
como Director, y yo he decidido aceptar el desafío. Hace muchos años que
intervengo en la discusión de la Carrera y la Facultad, siempre de manera activa
y pública, y creo que, tanto en lo personal como en lo político-académico, ha
llegado para mí el momento de pasar a asumir otro tipo de responsabilidadesque
las que he tenido hasta ahora, que no han sido menorespero que han sido de otra
índole.
Nuestra Carrera está atravesada por una potente
tradición que no sólo es una fuente en la cual ineludiblemente hay que abrevar,
sino que debería ser activamente reinventada, para ponerla a la altura de
desafíos que, en parte, son de larga data, y en parte son enteramente nuevos.
Para ello, hará falta mucha, realmente mucha imaginación sociológica, precisamente
en el sentido que le daba Charles Wright Mills a esta expresión: esa capacidad
mental que nos permite conectar eficazmente los más grandes acontecimientos
epocales y civilizacionales con las más íntimas disposiciones personales,
ánimos y voluntades.
Lo que sigue es un breve punteo de problemas y
tareas que deberán ser discutidos arduamente en la Carrera, para alcanzar
consensos y también para localizar y canalizar (amplia y democráticamente) los
disensos que existen en una comunidad como la nuestra. Tanto unos como otros
(me refiero a los consensos y también a los disensos) deberían servir para
darle un fuerte impulso revitalizador a la Carrera y otorgarle el lugar que se
merece tanto en el contexto de la FSOC como en el más amplio debate político-cultural
del país y la región.
Desde luego, no pretendo partir desde cero. Algunas de estas tareas ya están en marcha, y habrá entonces que
profundizarlas, radicalizarlas, multiplicarlas. Otras, serán enteramente
nuevas, y para ello habrá que bucear en experiencias del pasado y tratar de
aprender algo de ellas, aunque quizás no nos sirvan para mucho, y debamos,
precisamente, imaginar nuevos espacios-tiempos para nuestra Carrera.
Como ven, con el
entusiasmo mesurado que tengo, quiero ya mismo hablar en primera persona del
plural. En ese tono, se me ocurre comentar que algunas de estas tareas las
deberemos (y quizás podamos) encarar “puertas adentro” de la Carrera,
impulsadas y coordinadas desde la Dirección, con el equipo de conducción y en
el marco de la Junta de la Carrera. Otras, suponen un entramado institucional
más amplio y complejo, y requerirán un estrecho trabajo de articulación con la
FSOC y con la UBA (lugares acerca de los cuales, desde luego, también tendremos
cosas para decir, aunque al tratarse en este caso de elecciones “de medio
término” abundaremos mayormente en propuestas específicas para la Carrera).
Así, ha llegado la hora de iniciar un amplio y
participativo debate que ponga sobre
la mesa el plan de estudios actualmente
vigente, de cara a su eventual reforma. Ese debate, que en parte ya se ha
iniciado entre nosotros, en las gestiones anteriores y la actual de la Carrera
pero también impulsados por otros diversos actores, tiene que llevarse a cabo
de manera intensa (como siempre han sido todos nuestros debates) pero no por
ello menos responsable. Porque hay en juego muchas cosas, y esas cosas no se
pueden encarar con dicotomías simplificadoras y consignas de fácil mención pero
de imposible concreción.
Porque en torno a los debates acerca del plan
de estudios se condensa no sólo lo más obvio (un menú de materias y sus
contenidos) sino también:
-personas que las imparten que tienen derechos laborales adquiridos(y que
deben ser contemplados y respetados a rajatabla);
-desafíos
epocales (es verdad, nuestro plan data de antes de la caída del Muro de
Berlín, aunque quizás no residan allí sus problemas, porque si así fuera
deberíamos renunciar a leer cualquier cosa que haya sido escrita antes de 1989,
y no queremos dejar de hacerlo);
- la necesidad de diversificar los perfiles de nuestrxsegresadxs (ante un mercado
laboral de cambiantes y volátiles humores que convierten en caduca cualquier
presunta actualización al momento mismo de formularla), haciendo resonar en
nuestras aulas también las voces de nuestrxsgraduadxs que han ensayado en ese
mercado las más variadas y exitosas inserciones;
- la exigencia de incorporar de manera plena a las nuevas generaciones sociológicas
sin dejar de aprovechar la valiosa experiencia de nuestrxscompañerxs más
experimentadxs pero a la vez frenando la sangría de recursos valiosos, formadxs
entre nosotrxs, y que por falta de contención o incapacidad de retención por
parte nuestra buscan sus destinos profesionales en otras partes, y a menudo los
encuentran;
- la necesidad de organizar la tan amplia, como rica y variada oferta de optativas,
en el contexto de un esquema de orientaciones terminales;
- la urgencia por repensar la actual y piramidal estructura de cátedras, y por
animarnos a nuevas e impensadas articulaciones con otras carreras y facultades;
- la búsqueda de articulaciones más variadas y
creativas entre nuestrxs estudiantes y la investigación, que excedan y diversifiquen el destino de “carrera de
becas” de organismos públicos;
- la necesidad de reflexionar sobre el decliveque ha experimentado la matrícula de estudiantes (no sólo en
nuestra Carrera, sino en toda la FSOC) en los últimos años, por causas diversas
que deberemos investigar, entre las que pueden contarse las nuevas ofertas de
educación superior pero que seguramente no se reducen a ellas.
Por supuesto, por más que algunas de estas
cuestiones puedandiscutirse y procesarse e incluso “resolverse” puertas adentro
de la Carrera, sabemos que todo esto acontece en un contexto institucional que nos
excede, y respecto del cual también queremos posicionarnos. Así, hace mucho
tiempo ya que diversos actores dentro de la UBA impulsan una reforma política, y
que juzgamos imperiosamente necesaria. La Carrera de Sociología, en el contexto
de la FSOC, también tiene que ser una voz válida y audible en esos debates. La ampliación de ciudadanía en la Carrera
a través de la profundización de la política de concursos para profesorxs y auxiliares y la obtención del salario
para quienes aún permanecen bajo la lamentable figura del ad honorem tienen que tener su correlato, a nivel universidad, en
medidas progresivas como el claustro
único docente.
Como puede verse, en todas estas cuestiones
(aquí esbozadas de una manera necesariamente pobre y esquemática, pero que
deberán afinarse y profundizarse en el debate en los próximos días, meses, y
años) hay implicadas muchas variables que no podemos siquiera controlar, pero a
las que se impone encarar de frente y con fuerte imaginación (sociológica).
Este es sólo un primer mensaje de presentación
de mi candidatura a Director de la Carrera de Sociología. En los próximos días
daremos a conocer nuevas convocatorias a reuniones amplias en las que podremos
debatir acerca de estos puntos y todos los otros que surjan.
Pablo de Marinis
No hay comentarios:
Publicar un comentario